lunes, marzo 12, 2012

"El monstruo del interés"


L
os GOES[1] resolvieron un problema muy interesante. Supongamos, decían, que en tiempos de Nerón –en concreto 1900 años antes− ya existieran euros[2]; supongamos también la existencia de un banco que hubiera perdurado hasta hoy. ¿En cuánto se habrá convertido UN EURO depositado en el Banco por Nerón al 4% de interés compuesto, sin que los herederos hayan retirado nunca cantidad alguna hasta hoy?
La respuesta es la siguiente: 263x10³º (es decir, ¡263 seguido de 30 ceros! Para hacernos una idea, un billón es 1 seguido de 12 ceros).
El primer año el EURO engordó de cuatro centimitos, y a esto no le damos ninguna importancia, aunque deberíamos dársela, pues ahí está el germen del que nace un monstruo capaz de devorar unos cuantos planetas como el nuestro para poder pagarle al heredero la fortuna acumulada.
¿Que habría hecho el banco? Desde muchísimo antes del descubrimiento de América, todos los bienes del mundo entonces conocido ya habían pasado a poder de aquel Banco, en forma de inversiones de capital para poder ir asegurando los intereses del primitivo euro; y ya por el año mil no había más bienes para adquirir, y toda la humanidad, trabajando para asegurar las rentas de aquel euro, ya quedaba en falso y no podía cumplir sus compromisos. Todo el mundo había quedado despojado de sus bienes. NADIE poseía nada en propiedad, sino en arriendo… el Banco lo controlaba todo y a todos. Tal es la verdadera historia del monstruo del interés.
Si esta catástrofe no se ha producido no ha sido por culpa del mecanismo. El mecanismo bien manejado es perfectamente capaz de producirla.
Pero… ¿podemos afirmar que no se ha producido? ¿Qué diferencia representa para la humanidad que el monstruo del interés compuesto esté concentrado en una sola mano y proceda de un solo euro, o que pertenezca a muchas manos y proceda de muchos euros?

El monstruo del interés exige que se le pague; tal exigencia es más importante, sin parangón, que la vida de los trabajadores, los cuales han de saber que su vida depende de que el pago de los intereses no se interrumpa, aunque cueste sudor y lágrimas (cf. ahora lo de Grecia y otros países europeos). Que se rebajen los salarios es una buena medida para que se pueda seguir pagando los intereses sagrados. Que se eche a perder la sanidad y la educación… pública, también… pero que al monstruo no le falte su comida.
En los países llamados “civilizados” (sic) nos hemos puesto de acuerdo en que antes que nada lo que importa es que los arrendadores de bienes puedan cobrar sus réditos para volverlos a “colocar”, porque de estas inversiones resulta que depende la riqueza y la prosperidad del país, y no nos damos cuenta de que estamos exactamente en el caso del euro de Nerón.
Cada vez estoy más convencido que la descristianización de Europa es imparable mientras exista este capitalismo “fenerista”. Con el capitalismo sólo son posibles dos clases de cristianismo: el martirial al lado de las víctimas del sistema; y el aburguesado que se dedica a menesteres más “religiosos” (sic), dejando intacto este sistema “mamón”.


[1] A Partir de la III Semana Nacional (11-7-1948) se fundan los Grupos Obreros de Estudios Sociales (G.O.E.S.). Estos grupos tuvieron gran aceptación en el Movimiento Obrero de forma que se encuadraron en los mismos gran cantidad de obreros de los distintos sectores de producción, vecinos de los barrios y personas muy cualificadas en sindicalismo, cooperativismo, cuestiones cívico-políticas, asuntos municipales, economía, etc.
[2] Pesetas en el original. Ver «Boletín de dirigentes», nº 25, p 5.

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