jueves, agosto 02, 2012


"Mire hacia abajo, Sr. Rajoy"

   
Hace unos días leí con atención el discurso del Sr. Rajoy en el Congreso anunciando los recortes. Conforme leía, iba creciendo en mí un sentimiento poco definido que abarcaba desde la indignación a la tristeza, la desesperación y la rabia, todo junto. Me iba diciendo a mí misma “no puede ser, no es posible” y escribí unas reflexiones que ahora quiero compartir.
    
Me llamaron la atención muchas cosas. La primera que agradeciera a la oposición su apoyo (¿?) y la segunda que viniera de la Cumbre Europea como el que ha visto la luz; en sus propias palabras, los acuerdos de dicha cumbre “exigen cumplimiento rápido” para que los mercados reaccionen favorablemente. Los mercados no existen, Sr. Rajoy, usted debe referirse a los especuladores, es decir, personas que se aprovechan de otras y las hunden.
    
Pienso que como es la primera vez que gobierna, le ha venido grande la experiencia, y en su inexperiencia, se ha querido fiar de aquellos que llevan más años mandando. No encuentro otra justificación para que se tome usted como obligaciones ineludibles las sugerencias exigidas por Europa, siendo, como es España, un país soberano que puede tomar las decisiones que mejor le convengan. Lo que a mí me parece es que usted no se cree eso de la soberanía, de ahí su sugerencia de saltarse a la torera el obligado paso de consultar al Parlamento sus decisiones, llamando la atención sobre aquellos países en los que no es necesaria esa consulta. ¿Para qué vamos a consultar al Parlamento, si ya obtuvo la mayoría en las urnas a base de mentiras, no, Sr. Rajoy?

Más le valdría hacer caso al refranero español, “vísteme despacio, que tengo prisa”. Su prisa y la de Europa ¿para qué? ¿Para quién? Creo que tiene usted un serio problema de perspectiva: usted mira hacia “arriba”, mientras que los demás miramos hacia “abajo”. Yo que soy una ciudadana de a pie, tengo prisa también, pero por tratar de cubrir las necesidades básicas de montones de familias que llegan a mi parroquia. Lo que yo y otras muchas personas vivimos, Sr. Rajoy, son recibos impagados, cortes de luz y de agua, hipotecas impagadas, desahucios,… ¿Se imagina su casa sin luz y sin agua, Sr. Rajoy? Las personas que vivimos mirando abajo somos sensibles a los problemas reales de la gente, los “problemas” de sus mercados (de sus especuladores) nos importan porque son unos ladrones y merecen cárcel. La gente de a pie tenemos otras prioridades porque si “los mercados viven momentos de incertidumbre”, imagínese las familias de los casi seis millones de parados de este país, a las que la prima de riesgo (por cierto, elevada al máximo en las dos últimas semanas de su prisa) les importa un carajo, lo que quieren es trabajar para comer, para pagar sus gastos y vivir dignamente. Devolverles la dignidad que han perdido es la preocupación de la gente que vivimos mirando abajo y no crea que es fácil porque están muy tocados, aunque supongo que a usted, con su mirada puesta arriba, le importa el mismo carajo que a mí su prima.
    
No se equivoque, Sr. Rajoy, la gente es cada vez más consciente de quienes son los responsables de esta situación, de quienes los apoyan y a quienes quieren favorecer. Y eso, a pesar de la desinformación, de las mentiras y de sus políticas del miedo. Según usted (y sigo citando palabras textuales) “el país se encuentra en una posición débil por su endeudamiento excesivo” ¿es por eso que en estos días vamos a asumir una deuda mayor rescatando bancos? El pago de esa deuda mata, Sr. Rajoy, está acabando con los recursos de todo el país y eso puede considerarse un crimen contra la humanidad. Según usted sólo podemos superar esto “corrigiendo el déficit y haciendo reformas estructurales”. Sr. Rajoy, debería usted aprender a escuchar más y mejor. No existe una única solución para los problemas, cambie usted su perspectiva y mire hacia abajo. La solución única habla de una pobre imaginación, de una gran cobardía y de un más que pobre intelecto. El ser humano es inteligente porque puede resolver sus problemas de forma diversa. Pregunte, pregunte y escuche, Sr. Rajoy, y sobre todo, amplíe su horizonte para preguntar y escuchar.
    


Rosa Mercado Alonso
Militante de la HOAC - Motril.

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