martes, noviembre 06, 2012

426 €


 Evangelio en la calle 
         
 Estos días pasados hacía una visita a una familia compuesta por cuatro miembros: dos hijos jóvenes y sus padres. Hablamos de muchos temas en un clima de cordialidad. En uno de los momentos de la conversación uno de ellos dice los ingresos totales de la familia: la prestación de 426 euros. Lógicamente en aquel ambiente favorable pregunté, con mucha prudencia, que cómo se las arreglaban para poder vivir con esa cantidad durante un mes y me fueron explicando con sencillez lo que compraban, lo que comían y, en general, lo que eran sus gastos.

          Pero lo que más me sorprendió fue la cantidad de veces que en la descripción de esos gastos decían: gracias a Dios que disponemos de 426 euros porque otros no tienen ningunos ingresos. La única queja que les escuchaba era que en enero próximo podían quitarle los 426.

          Yo no sabía cómo reaccionar ante su acción de gracias. Por una parte, sentía rabia ante su resignación, por otra, me unía a su agradecimiento, por otra, se me removían las entrañas y me preguntaba: ¿con eso se puede vivir?, ¿cuántas familias viven con ese dinero?, ¿tienen vergüenza los que nos han llevado a esta situación?, ¿tenemos vergüenza los que vivimos con más?, ¿y los que no tiene nada?... Ya todo para mí fueron preguntas en un silencio estremecedor mientras ellos no salían de los 426 y de su acción de gracias.
         
          Cuando salí a la calle de vuelta a mi casa me acordé, claro está, de las bienaventuranzas y malaventuranzas de Lucas (6, 20-26): “Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque Dios os saciará. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis…En cambio, ¡Ay de vosotros los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! ¡Ay de vosotros los que ahora estáis satisfechos, porque tendréis hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis!”

          No cabe duda que los 426 € amasados con el mensaje evangélico citado son un fortísimo grito contra esta sociedad.
         
¿Cómo nos situamos tú y yo? ¡No demos rodeos!



Antonio Hernández-Carrillo
"TU" número 142

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