domingo, mayo 17, 2015

Nuestra opinión en papel


 "REFLEXIÓN SOBRE LAS ELECCIONES"

Este año son varias las citas que tenemos con las urnas. La propaganda y las estrategias electorales serán incesantes, como las promesas, discursos y programas con los que unos y otros nos querrán convencer de que tienen la solución a muchos de los problemas que vivimos. Lejos de querer dirigir el voto a una u otra opción, la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) quiere estimular la deliberación personal y comunitaria para ayudar en el ejercicio informado y responsable de un derecho duramente conquistado y tan trascendental para la convivencia en democracia.

Esta reflexión no debería ser algo exclusivamente personal, también ha de ser una reflexión comunitaria, en diálogo con otras personas, enraizada en la realidad sufriente que permita el contraste de opiniones y posturas, para discernir con la ayuda de los demás lo que el momento requiere para transformar todo aquello que nos impide vivir como verdaderos hijos de Dios.

En los últimos años se ha registrado un incremento de la desigualdad que ha convertido a España en el país de la OCDE donde más ha crecido la brecha entre ricos y pobres. Pero la consecuencia más alarmante de todas las políticas aplicadas es que el 28,1% de la población se encuentra hoy en riesgo de pobreza y exclusión social; tres millones de personas están en situación de pobreza severa. El 1% más adinerado posee lo mismo que el 70% de la población que menos tiene. En España los trabajadores pobres representan ya el 12,3% de la población ocupada. 700.000 jóvenes españoles (más de la mitad con estudios universitarios) han emigrado a otros países europeos desde el comienzo de la crisis. El 51,8% de los jóvenes está desempleado. Hay en España 5 millones y medio de desempleados (23,7% de la población), de los cuales 2.400.000 son de muy larga duración y un millón de larga duración. Hay 740.000 hogares que no perciben ningún tipo de ingreso. Casi 249.000 familias han sido desahuciadas desde el 2011. En enero de 2015, el 91% de los nuevos contratos fueron eventuales.

Las actitudes que Jesús tuvo durante su vida han de ser para sus seguidores principios que orienten sus actitudes y comportamientos. Jesús deja clara su postura ante los ricos y ante el dinero (Lc 16, 13/Mt 6, 24), pone por encima la persona frente a las leyes injustas (Lc 14, 1-6, Lc 13, 10-17), manifiesta su preferencia por los más pequeños (Mc 10, 13-14).

La Doctrina Social de la Iglesia siempre ha defendido que la opción preferencial de la Iglesia son los pobres, que la caridad no solo puede reducirse a lo meramente asistencial, en cubrir solo necesidades materiales, sino que es preciso ir a las causas que originan la pobreza y combatirlas para erradicar el sufrimiento de tantas personas. La Conferencia Episcopal Española en su reciente Instrucción Pastoral: Iglesia, servidora de los pobres, nos acaba de decir 15: «Hoy imperan en nuestra sociedad las leyes inexorables del beneficio y de la competitividad. Como consecuencia, muchas personas se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Parecía que todo crecimiento económico, favorecido por la economía de mercado, lograba por sí mismo mayor inclusión social e igualdad entre todos. Pero esta opinión ha sido desmentida muchas veces por la realidad. Se impone la implantación de una economía con rostro humano.». El Papa Francisco, en «Evangelii Gaudium», 220 pide a los cristianos ennoblecer con su participación el ejercicio de la política, cuando destaca que «en cada nación, los habitantes desarrollan la dimensión social de sus vidas configurándose como ciudadanos responsables en el seno de un pueblo, no como masa arrastrada por las fuerzas dominantes. Recordemos que “el ser ciudadano fiel es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral”».

El voto es un derecho pero también una responsabilidad, por lo que requiere una decisión informada y fruto de la deliberación, que en el caso de los cristianos, necesariamente ha de ser cribada por el tamiz de la fe.

Como criterios fundamentales para determinar en qué medida las propuestas y acciones de los distintos partidos nos alejan o acercan del horizonte de humanidad y felicidad que contiene el mensaje evangélico habrá que prestar atención a aquellas medidas que permiten avanzar en: Defender los derechos sociales, como garantía para construir una vida personal y social plenamente humana. Erradicar la pobreza y la desigualdad, dando prioridad a la inversión pública que favorezca a los que han sido empobrecidos y excluidos. Recuperar el sentido humano del trabajo, con la implantación de medidas políticas que hagan posible recuperar el sentido y el valor del trabajo. Defender la vida en todas sus etapas, también desde la política y los poderes públicos. Cuidar el medioambiente, avanzando hacia un modelo de consumo que sea expresión de nuestra responsabilidad hacia las generaciones futuras. Fomentar la participación de la ciudadanía. Exigir en los políticos una ética personal demostrable con la transparencia de sus gestiones y patrimonio.

Nuestra responsabilidad no finaliza el día de las elecciones, sino, y sobre todo, después de ellas. La lucha contra la deshumanización que provoca este sistema, tan complejo, ha de ser comunitaria; no sirven los atajos individuales, sino que nadie debe quedar excluido en las cunetas de la historia. 

Gonzalo Ruiz Ruiz
Presidente de la Hoac de Granada
(Publicado en Ideal de Granada - 15/5/15) 


 


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