Este cuadernillo ve la luz con motivo de la celebración en nuestra diócesis del 60 Aniversario de la fundación de la HOAC (1946-2007).
Desde estas páginas pretendemos situar al lector ante las claves esenciales que han configurado la aportación que, a lo largo de su ya dilatada vida, la HERMANDAD OBRERA DE ACCION CATOLICA ha venido realizando en pro del MUNDO OBRERO granadino, en su empeño por evidenciar que efectivamente JESUCRISTO es PROPUESTA DE LIBERACION para el Hombre,para los Hombres de todos los tiempos y especialmente para los oprimidos.
La Iglesia es conocedora de que la dignidad de la persona se juega sobremanera en el mundo del trabajo. Esta fue la intuición que hizo nacer este movimiento especializado en la evangelización del Mundo Obrero y cuyas seis décadas de trabajo estamos celebrando.
HISTORIA DE LA HOAC DE GRANADA
Al presentar estas líneas sobre el papel desempeñado por la HOAC de Granada, en sus 60 años de existencia, queremos hacerlo desde un triple sentimiento:
- En primer lugar, manifestando nuestro reconocimiento a la labor de sacrificio y entrega de innumerables militantes obreros que han entregado su tiempo, su trabajo y, algunos hasta su propia vida, en defensa de la dignidad de la persona.
- Reconocer que nuestra pequeña aportación al mundo obrero granadino, ha sido complementaria de la realizada por otras muchas personas y organizaciones, cristianas o no, que han luchado para conseguir unas mejores condiciones de vida y de trabajo.
- Finalmente, queremos expresar nuestro amor a la Iglesia. Aunque ha habido ocasiones en que no hemos estado de acuerdo con algunas actitudes o declaraciones puntuales, y así lo hemos dicho, en ningún momento nos hemos sentido como una Iglesia paralela. Siempre hemos tenido conciencia de ser enviados por la Iglesia y en comunión con ella, para hacer presente a Jesucristo en el mundo del trabajo.
LOS ORÍGENES
La HOAC, creada en 1946, surgió en Granada a finales del 47, a través de un pequeño grupo de personas que, coherentes con su fe en Cristo, fueron capaces de levantar su voz, en circunstancias muy difíciles, por el miedo y el recuerdo de la gran represión padecida en la ciudad y provincia, tras la guerra civil.

Se tiene constancia de, al menos, dos viajes de Guillermo Rovirosa a Granada. La primera en 1949, en la que entre otras actividades impartió una charla en el Seminario Mayor. A partir de esta visita, comenzó una cierta relación entre los seminaristas y un grupo de obreros hoacistas, que les llevaban el TÚ. Celebraban sus reuniones en los locales de la calle San Jerónimo y una de sus actividades era el comentario y difusión de la Doctrina Social de la Iglesia (Rerum Novarum, Cuadragésimo anno,…). Entre ellos estaban los hermanos Martín, Gonzalo y Raúl, que trabajaban en el Ideal, Montero (trabajador de banca), Galadí (hijo del banderillero que fusilaron junto a Lorca), Gallegos (pastelero) y el consiliario Manuel Villar.
Rovirosa vuelve a Granada en 1954, acompañado de Tomás Malagón para dar un Cursillo Apostólico. La figura de los ponentes, su profunda espiritualidad, los temas yla metodología, dejaron un huella imborrable en las personas que participaron en los cinco días de duración del citado Cursillo, celebrado en régimen interno.
La década de los 60 fue especialmente conflictiva, en las relaciones de la HOAC y, en general, de toda la Acción Católica, con la Jerarquía, cuya mentalidad era mayoritariamente conservadora, y con las autoridades civiles que defendían los intereses políticos del régimen franquista.
La presencia pública de los militantes de la HOAC, su testimonio coherente y la denuncia de los abusos en el mundo del trabajo, era una situación incómoda para unos y otros. Hubo diversos intentos de controlar la HOAC, presiones muy fuertes para suprimirla y muchos militantes sufrieron la represión del aparato franquista. Todo ello, tuvo una influencia decisiva en muchas diócesis, donde la vivencia del compromiso temporal y la militancia hoacista, eran percibidas como realidades duales y no convergentes. También tuvo incidencia en Granada donde, al igual que en otros lugares, se vivieron algunos momentos de crisis y estancamiento.
DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA
En 1967, llega a Granada un equipo de Bilbao, compuesto por seis personas. Ofrecen una novedad: sus contactos con los militantes del movimiento obrero, por aquel entonces, clandestino. Su entusiasmo militante y, sobre todo, su entrega y testimonio, hacen que la HOAC se de a conocer y consiga propagarse.
Los viejos locales de San Jerónimo era el lugar de encuentro. Los sábados se celebraba una eucaristía, siempre con mucha asistencia, que impactaba a las personas que se acercaban por primera vez, acostumbrados a unas celebraciones de corte tradicional propias de la época.
Durante varios años, los militantes de la HOAC de Granada, estuvieron divididos en dos Federaciones: Granada y pueblos del cinturón, y Alpujarra – Costa. Ésta, constaba de 3 centros: Albuñol, Motril y Jorairátar – Cojáyar.
Eran otros tiempos. Ni mejores ni peores que ahora pero, durante unos años, hubo una realidad entusiasmante, con personas deseosas de llevar a la práctica los verdaderos valores obreros y de conocer y vivir el Evangelio. Eran frecuentes testimonios de comunión, no sólo de vida y acción, sino también de bienes. Lo poco que se tenía era compartido como algo natural.
Siempre hemos tenido conciencia de la importancia de la información, de la difusión. Aún en los momentos más difíciles y comprometidos, hemos puesto un especial empeño en la necesidad de dar a conocer los hechos que ocurrían en los tajos del trabajo y los problemas existentes en los barrios y lugares de convivencia.

Los últimos años del franquismo, fueron especialmente conflictivos en Granada, acentuándose la represión tanto en la ciudad como en aquellos pueblos donde había más conciencia obrera.
Es cierto que el miedo imperaba en muchos hogares que habían sufrido de forma directa las consecuencias de la guerra civil. Pero, a pesar de todo, el Movimiento Obrero se va reorganizando. Junto a militantes del PCE, CC.OO y el movimiento universitario, desempeñó un papel importante un sector de la Iglesia, donde destaca la HOAC. La transición política fue un proceso que contó con la participación activa de nuestros militantes en múltiples plataformas e iniciativas que trataban de favorecer el cambio de la dictadura a la democracia. En pro de esa tarea, la HOAC ofreció sus locales, su formación y medios de difusión. Colaboró en la creación de la 1ª Asociación de Vecinos de Granada (Virgencica) y, posteriormente en la del Polígono y trató de estar presente en todas aquellas situaciones donde se negaba la dignidad o la libertad de la persona.
Dos hechos tienen especial relevancia en este período histórico en Granada: La huelga de la construcción del 70 y el encierro de la Curia en el 75:
El 21 de Julio de 1970, cuando se estaba negociando el convenio colectivo de la construcción, tras una asamblea en Sindicatos, se produjo una carga policial con utilización de armas de fuego. Los trágicos resultados del enfrentamiento fueron 3 trabajadores muertos, numerosos heridos y 113 detenidos. Como respuesta a la agresión, y tras una misa en memoria de los asesinados, los trabajadores se encierran en gran número, dentro de la Catedral, hasta el día 24. El conflicto finalizó el 29 de Julio, firmándose el convenio el 4 de Agosto. La prensa manipuló burdamente los hechos. El periódico Pueblo responsabilizó a la iglesia progresista de Granada, de los hechos. A falta de prensa libre, la HOAC, JOC y FECUM, elaboraron una réplica que tuvo una amplia difusión entre el mundo socio-laboral y eclesial, donde se exponía la verdad y las causas de lo ocurrido.

LA HOAC EN LA DEMOCRACIA
A partir de los 80, somos conscientes de que es necesario adaptarse a la nueva situación que se vive. Este proceso no es fácil. Muchas esperanzas que había puestas en el cambio, han quedado en el camino. Se vive un proceso de desencanto y de debilidad en muchas organizaciones obreras. También nos afecta a nosotros.
Nos enfrentábamos a un reto fundamental: Cómo adaptar nuestras aspiraciones y tareas, siendo fieles a Cristo y al mundo obrero, en un contexto distinto. Ello implicaba también revitalizar nuestra estructura organizativa, sin olvidar la importancia decisiva que la formación cristiana y obrera tienen para la vida y el trabajo de los militantes.

En 1990, la HOAC hizo una encuesta en los barrios obreros de Granada, para conocer las condiciones reales de vida y de trabajo, así como las aspiraciones y creencias de los trabajadores. La encuesta, que tuvo una amplia difusión, representó para nosotros un gran esfuerzo pero, al mismo tiempo, nos ayudó a conocer mejor la realidad y potenció nuestra presencia y compromiso comunitario.
Destacar, finalmente, la labor desarrollada para potenciar las tareas llevadas a cabo por Pastoral Obrera y Acción Católica, animando e impulsando el trabajo de los militantes en dichas realidades.
LA HOAC DE GRANADA Y LAS ASAMBLEAS GENERALES
“Las Asambleas Generales de Militantes” a nivel nacional, han significado siempre momentos fuertes de reflexión para una HOAC autogestionaria y profundamente participativa. El desarrollo de sus acuerdos, en cada una de las diócesis, ha marcado la evolución y el caminar histórico del movimiento. La HOAC diocesana de Granada, que siempre participó activamente en la preparación y en el desarrollo de las Asambleas Generales, ha ido asumiendo y encarnando, a lo largo de su historia, los avances cualitativos que han supuesto cada una de ellas, por todo lo que han aportado a la organización, a la vida y a la concreción del compromiso apostólico personal y comunitario.
Resumen de las Asambleas de la HOAC:
1ª.- Madrid, 1974. Estuvo centrada en el diálogo sobre la teoría de la acción hoacista. Se acordó que la Asamblea General fuese el máximo órgano de la HOAC y el voto por militante.
2ª.- Valladolid, 1975. Se aprueban los órganos que configuran la HOAC y las normas de funcionamiento organizativo.
3ª.- Valencia, 1977. Se toman acuerdos que clarifican el papel de la HOAC en la nueva situación democrática y pluralista y se aprueban las tareas fundamentales y permanentes de nuestra Organización.

Se clarificaron los fines, objetivos y tareas de la HOAC como Movimiento Apostólico. Hubo un diálogo profundo sobre cómo la fe y el compromiso político pueden ser vividos sin dualismos cuando conseguimos construir una conciencia unitaria, que sea secular, cristiana y revolucionaria.
En un momento en que muchos profetizaban que ya no tenían sentido Movimientos como la HOAC, sirvió para constatar la consolidación hoacista en las organizaciones del pueblo y en la Iglesia. La Asamblea tuvo una amplia cobertura por parte de la prensa de la época.
5ª.- Barcelona, 1981. Fundamental. Supuso una introspección personal y comunitaria en la búsqueda y clarificación de la “identidad” que marca, caracteriza e impulsa la vida y el compromiso de la HOAC y sus militantes: “La Identidad Cristiana”
6ª.- Madrid, 1983. Se aprueba un proceso de formación que haga viva y operante la identidad cristiana de los militantes.
7ª.- Zaragoza, 1986. Centrada en el compromiso de la HOAC y de sus militantes.
8ª.- Gijón, 1990. Se concretaron los destinatarios preferentes de nuestra misión evangelizadora y se planteó la dimensión comunitaria de la presencia y acción de la HOAC en el mundo del trabajo. Se acuerda realizar, cada año, una reflexión y un discernimiento comunitarios sobre alguno de los problemas fundamentales de la realidad laboral, para luego ofrecer sus conclusiones al mundo obrero y a la Iglesia. Este trabajo comunitario -que en el argot hoacista llamábamos “Tarea 1B”- finalizaba con un “gesto comunitario” de acción o de denuncia, realizado a nivel diocesano.
9ª.- Madrid, 1995. Se marcaron los retos y las posibilidades que la sociedad actual plantea a la Iglesia en orden a la evangelización. Interpelaciones para la HOAC.

11ª.- Madrid, 2003. Determinamos la dinámica que debíamos poner en marcha para concretar el Quehacer Apostólico Comunitario y los cambios que precisaba nuestro funcionamiento organizativo para encarnarnos en la nueva situación del mundo obrero.
Estas dos últimas Asambleas Generales (la X y la XI) marcan decisivamente el proyecto actual de la HOAC general y granadina; por ello constituyen hoy el referente obligado de nuestra programación diocesana y de nuestra actuación militante, personal y comunitaria.
CONSTANTES HISTÓRICAS EN LA HOAC DE GRANADA
- Dentro de las organizaciones obreras (partidos y sindicatos), y en las instituciones educativas y laborales, los militantes de la HOAC de Granada han sido un referente, por sus actitudes y sus prácticas.
- Los militantes de la HOAC de Granada nunca se caracterizaron por la búsqueda de “poder”, ni se movieron en las órbitas del “dinero” o del querer “figurar”, sino que, con una actitud de servicio desinteresado y una gran sencillez, siempre quisimos realizar nuestro compromiso militante cristiano con la mayor fidelidad posible a los pobres en mundo obrero y a Jesucristo dentro de su Iglesia.
- La HOAC de Granada, siempre ha rechazado ser alternativa a otras organizaciones obreras; al contrario, ha animado a sus militantes a potenciar dichas organizaciones.
- La actitud de los militantes de la HOAC de Granada en los conflictos ha sido la búsqueda de la concordia y unidad, sin importar el riesgo de no ser comprendidos en ocasiones.
- En todo momento, a pesar de nuestros fallos y dificultades, hemos tratado de llevar la voz de la Iglesia, de testimoniar a Jesucristo en los lugares de trabajo.
- En nuestros años de historia, no ha habido entre los militantes conflictos ideológicos relevantes ni diferencias significativas con las líneas fundamentales de la HOAC General, ya que siempre se ha sentido parte de ella y protagonista de su misma evolución.
Creemos que los tiempos de mayor atonía para la HOAC de Granda y sus militantes han coincidido con períodos en los que, por diversas circunstancias, hemos entendido como suficiente nuestro compromiso personal en el “tajo” y/o en las organizaciones obreras; y que, quizás, por un mal entendido respeto, que nos impedía entrar en competencia con dichas organizaciones, a las que tanto queremos y a las que tanto debe el mundo obrero; quizás por no haber sabido o no haber tenido suficientemente claro el cómo articular bien nuestro compromiso personal con lo que debiera ser el “quehacer comunitario” de la HOAC granadina; quizás, decimos, en algunas ocasiones, hemos podido dar la falsa sensación de estar alejados, como organización eclesial, de una realidad exterior que nunca nos ha sido ajena, ni individual ni comunitariamente.
- Los momentos, en cambio, en que nuestra HOAC de Granada se ha sentido mas vigorizada y ha tenido la impresión de aportar más a la causa de la liberación de los oprimidos en el mundo obrero granadino y en la Iglesia diocesana, es cuando se ha planteado tareas y retos comunitarios que nos han lanzado como más comprometidos a la calle como HOAC, sin renunciar a nuestra tarea militante personal en nuestros lugares de trabajo y con las organizaciones obreras, a las que por supuesto, individualmente, también pertenecemos y con las que siempre nos sentimos cercanos y conectados.
LA HOAC HOY
Es evidente que el mundo obrero ha cambiado en la actualidad. No es una realidad homogénea sino que en su seno, se viven situaciones muy diversas y se perciben distintas sensibilidades. Asimismo, se ha producido la desaparición de la cultura común que antes había: Valores, formas de comportamiento, pautas de vida.
Pero el mundo obrero sigue existiendo. Hay conciencia de la experiencia de injusticia, sufrimiento y opresión. Aunque la ideología dominante dulcifique los mecanismos de explotación, son muchas las situaciones inaceptables e injustas en el mundo obrero granadino: eliminación progresiva de algunas de las

El trabajo y la dignidad del trabajador, son cuestiones que, como cristianos, no nos pueden ser ajenas. Nuestra Iglesia de Granada debe estar atenta a las circunstancias concretas en que viven los trabajadores, ser sensible a sus aspiraciones y trabajar junto a ellos para mejorar las condiciones de vida, para que el trabajo pueda ser para todos un instrumento de colaboración con la obra creadora de Dios.
De ahí la plena actualidad que tiene hoy la HOAC. La fe tiene que llevarnos a los militantes a intensificar nuestro testimonio y nuestra acción por la justicia en el mundo del trabajo.

Cuando en Granada estamos conmemorando este 60 aniversario del nacimiento de la HOAC nos encontramos en pleno desarrollo del proceso abierto con la X y la XI Asambleas Generales.
Dicho proceso establece unas líneas de trabajo nítidas en las que el compromiso personal y comunitario, entendido como encarnación, implicación, denuncia, y concienciación, se viene desarrollando en torno a cinco situaciones que ha sabido definir la HOAC como problemas fundamentales que vive el mundo del trabajo hoy, y en torno a estos cinco “sectores” se agrupan los miembros de la HOAC de Granada, según su realidad obrera y vocación militante:
a) Flexibilidad y precariedad laboral
b) Paro, pobreza, marginación y exclusión social
c) Desigualdades que viven y sufren la mujeres en el mundo Obrero
d) Dificultades que vive la familia obrera y educación y
e) Condiciones de vida y trabajo de los inmigrantes.
Desde la implicación en uno de ellos, cada militante elabora su “Proyecto Evangelizador” para desarrollarlo preferentemente en su lugar de trabajo, con unas personas, en sus ambientes y en las instituciones; apoyado por el “Quehacer Comunitario de la HOAC de Granada” (a través de actos de concienciación y denuncia), programado desde nuestra asamblea de militantes, dinamizado por la “Comisión Diocesana” y apoyado por nuestras publicaciones (Comunicados, cuadernillos, la revista quincenal “Noticias Obreras”, el periódico mensual “TÚ”; y el resto de publicaciones de Ediciones HOAC).
Queremos fortalecer la vida de nuestros “Equipos de la HOAC” de Granada, a través del desarrollo de los carismas de sus militantes y el servicio que se ejerce desde las “responsabilidades” asumidas por cada uno de ellos. Queremos vivir nuestra “manera de organizarnos” y la “formación militante cristiana” en el Equipo, al servicio de nuestra construcción en Cristo y para desarrollar la misión evangelizadora encomendada por la Iglesia, en el mundo obrero de Granada .
Creemos estar en el buen camino y saber lo que hay que hacer hoy:
- Intensificar nuestras actividades comunitarias y arropándolas “con” y “desde” el compromiso personal de nuestros militantes hoacistas en sus “tajos”.
- Que no falte nuestra denuncia y solidaridad cuando se atenta contra la dignidad de la persona en el trabajo, y más, que no falte ese gesto, testimonio comunitario que estamos protagonizando ante situaciones extremas como es la siniestralidad laboral con resultado de muerte.
- Que se escuche la voz eclesial de la HOAC de Granada y su talante obrero y cristiano, cercano al sufrimiento de las personas, lanzando comunicados, organizando gestos, desarrollando Centros de Interés con difusión de nuestros planteamientos; sumándonos a las inquietudes y luchas del mundo del trabajo, y desarrollando la pastoral del trabajo dentro de nuestras iglesias, para aumentar la conciencia obrera y solidaria entre los cristianos.
Necesitamos crecer, no sólo en número, sino, sobre todo, en fidelidad a nuestra misión en el mundo obrero. Tenemos que hacer creíble con nuestra vida y nuestras prácticas, que Jesucristo es Buena Noticia para los trabajadores.
LA ESPIRITUALIDAD DE LA HOAC
La espiritualidad de la HOAC tiene como raíz y fuente una conciencia cristiana adulta con la cual es posible una vida según el Espíritu. Fiarse de Dios, seguir a Jesucristo, creer con la Iglesia y servir al mundo obrero son los pilares incuestionables de nuestra espiritualidad.

Para que lo anterior sea verdad es necesario que la espiritualidad esté enraizada en las angustias y esperanzas de los sin trabajo, de los precarios, de los trabajadores en general y en el bullicio del pueblo y del barrio. Nunca puede ser evasiva, rutinaria o bobalicona.
Tampoco puede ser intermitente abarcando sólo una parte de la existencia humana sino totalizante, es decir, la espiritualidad de la HOAC aspira a envolver todas las zonas y ámbitos de la vida aportando equilibrio y fuerza a la existencia humana en su totalidad. Nada escapa a esa luz que continuamente “lo hace todo nuevo”.
Por esto se puede decir de ella que es mejorable ya que nunca se posee del todo y en cada momento se abre a nuevas formas de vivirla y expresarla. No es la espiritualidad del instalado, sino del caminante.
La HOAC de Granada ha intentado hacer suya esta espiritualidad descrita, pero ciertamente con suficiente originalidad. Vamos a fijarnos en los siguientes acentos que se desprenden, sin duda, de las notas descritas (sabiendo que no son exclusivos nuestros, gracias a Dios):
1º. - Somos amigos. Nuestros equipos son “racimos de amigos”. Tenemos una buena amistad con la gente con la que nos reunimos semanalmente que también se extiende a los que forman parte de otros equipos. Nuestras reuniones no son frías, ni protocolarias. Son un encuentro fraternal siempre alrededor de un plan previamente fijado. Vivimos en nuestra propia carne el sufrimiento de los otros cuando enferman, nos tomamos unas cervezas siempre que es necesario, charlamos amigablemente de todos los temas, sabemos convivir y difícilmente faltamos a una cita de la HOAC. Somos sanos con nosotros y con nuestros amigos.
Lo decimos así de claro porque no es mérito nuestro sino don de Dios lo cual apenas si reconocemos y agradecemos (aquí puede estar nuestro pecado).

3º. - Celebración de la Eucaristía. A lo largo de tantos y tantos años, la celebración de la Misa ha ocupado el mejor lugar y horario en la vivencia e intensidad. Es posible que aquí esté el secreto de nuestra amistad y fidelidad. No hubo nunca una asamblea, cursillo o convivencia en la HOAC de Granada en los que la Palabra compartida, el Cuerpo entregado y el Sangre derramada no hayan sido el centro de la reunión.
Amistad, fidelidad y Eucaristía (provenientes de la conciencia cristiana) no pueden ser nunca un programa pero sí son el fundamento de esta pequeña y gran familia que para nosotros es la HOAC.
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HOAC DE GRANADA
Centro Ágora, Plaza de los Lobos, s/n
18001 Granada