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Evangelio en la Calle
Hace unas semanas oímos mi amigo
Antonio Quitián y yo de una madre este profético piropo en unas circunstancias tan trágicas como
la muerte de su hijo en accidente laboral.
A los pocos días volvimos a escuchar las mismísimas palabras de la boca
de la hermana de otra víctima mortal como consecuencia de
lo mismo: “Mi hermano no tiene precio”...
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