jueves, abril 14, 2016

Las redes sociales “virtuales” y los movimientos sociales “reales”


 “Lo que nos hace vulnerables es el miedo, la inconsciencia es lo que nos ha arruinado, de nada sirve que me enseñes más noticias, darle al “Me gusta” no nos sirve, no cambiará las injusticias, ser valiente desde casa no nos servirá de nada.”
Jorge Martí (La Habitación Roja)

Las redes sociales “virtuales” y los movimientos sociales “reales”RAFA MARTÍNEZ. Desde hace días, hay una pregunta que me ronda: ¿Por qué, ante las diversas situaciones que estamos viviendo últimamente (desahucios, precariedad y explotación laboral, paro, corrupción…) , y en concreto, ante esta última y flagrante injusticia del acuerdo entre la Unión Europea y Turquia, no estamos haciendo nada? ¿Cómo es que ante la guerra de Siria y la situación inhumana que sufren miles de refugiados, la sociedad no se ha echado a la calle, a plantar cara a estas medidas injustas, que van en contra de los Derechos Humanos?

     Hace unos años, con la amenaza de una guerra injusta e ilegal encima, muchas personas participamos en unas movilizaciones sociales impresionantes por el “No a la guerra”. Ahí íbamos, codo con codo, personas con diferentes ideologías y credos,  que pensábamos que las cosas no iban por el buen camino, y que había que hacer algo para cambiar nuestra sociedad.

     Es verdad que la eficacia de esas movilizaciones no fue mucha, y los ataques se llevaron a cabo, hubo miles de víctimas, y las sigue habiendo;  y que los que pensaban enriquecerse y sacar beneficios, ahora son más ricos, aunque no creo que más felices.  Pero esos movimientos nos hicieron pensar que era posible, que la sociedad se estaba movilizando, que las cosas podían cambiar. Porque éramos capaces de confluir, de mirar hacia los objetivos comunes y de aportar cada uno desde su militancia.

     Después vino el 15M, y todo lo que supuso de esperanza y movilización. No se trata de hacer historia ni de entrar en detalles, y mucho menos de sentirnos nostálgicos.

     Pero, ¿por qué ahora no? ¿Todas aquellas personas que pensamos que otro mundo es posible, dónde estamos? Muchos seguimos siendo militantes en distintos movimientos y causas, pero no nos hacemos visibles ni somos capaces de aunar esfuerzos y voluntades.

     Una trampa concreta en la que hemos caído, son las redes sociales. No dudo de su utilidad para difundir noticias, ideas y opiniones. Está claro que son un instrumento necesario, en el que los movimientos sociales deben estar presentes. Pero el problema es que muchos nos conformamos con protestas virtuales o  firmar en páginas on-line. Le damos al “me gusta”, ahora incluso le podemos dar a “me enfada”, pero no pasamos de ahí. Difundimos  imágenes con mensajes que nos hacen reír o llorar, que muchas veces dan en el clavo o muestran ideas excelentes, pero de ahí no pasamos.

    Es necesario volver a tejer redes reales, que nos permitan salir de nuestro individualismo, ese que la ideología capitalista ha conseguido hacer cultura. Y para eso es necesario mirar menos la pantalla del ordenador, tablet o móvil, y mirar más a los ojos de las personas que nos encontramos en nuestro día a día.

     Recuperar juntos la esperanza de que las cosas pueden cambiar, porque se pueden hacer de otra manera. Se puede trabajar por la justicia, construyendo justicia en nuestras relaciones con los demás. Se puede trabajar por la solidaridad, viviéndola en nuestros ambientes, en el trabajo, en la familia. Pero es necesario salir a la calle, juntarnos con más gente a la que no le gusta lo que está pasando, sin perder la mirada global, pero trabajando localmente.  Es una tarea de todos y todas, grande y difícil, pero a la vez apasionante y en la que nos jugamos el futuro de la humanidad.

      En esa tarea, desde hace tiempo, estamos empeñadas las personas militantes de la HOAC. Intentando vivir y mostrar experiencias concretas que traigan otra forma de pensar, sentir y actuar, desde la comunidad, desde los principios que nos enseñó Jesús de Nazaret. Y, por supuesto, siempre al lado de todas aquellas personas que sufren y de todas aquellas personas que intenten hacer un mundo diferente, más humano.

     Porque, como dice el Papa Francisco en el mensaje en la 48 Jornada Mundial de Comunicaciones Sociales, no hay que tener miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital; siempre “Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino…. Una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos.”



No hay comentarios: