martes, febrero 06, 2018

AMOR DE COMUNIÓN Y EMIGRANTES TIRADOS EN LA CALLE


 Evangelio en la calle.


En estas fechas pasadas se ha dado en Granada un suceso que, por desgracia, se está repitiendo con frecuencia en nuestras ciudades y pueblos. Me refiero al traslado clandestino de inmigrantes llegados en pateras a nuestras costas y que, una vez que pisan tierra y son “fichados”, las autoridades los suben en un autobús y los “sueltan” en cualquier sitio y… a deshora. En la ocasión a la que me refiero, fueron abandonados a su suerte en las cercanías de la estación de autobuses (mintiéndoles sobre una ONG que se haría cargo de ellos).

Los mandamases se enteraron tarde y algunos de ellos se pusieron a discutir en la prensa sobre los responsables de tal abandono pero no se interesaron por la situación en la que podía encontrarse aquel nutrido grupo de africanos totalmente perdidos y con solo un documento en su haber en el que se leía: nombre, apellido y orden de devolución a su país, es decir, irregular-ilegal.

Providencialmente una comunidad de misioneros combonianos se enteraron del abandono tan inhumano de estos hermanos y ofrecieron alojamiento en su casa a los diecinueve que estaban perdidos en los alrededores de la estación. Estos religiosos tuvieron inmediatamente ayuda de sus amigos y comunidades cercanas para que los emigrantes tuvieran la estancia digna que les corresponde como hijos de Dios.

Ahora nos toca a cada uno hacer nuestra reflexión y compromiso ante tal o parecidos hechos. ¡Cuántas y cuántas situaciones parecidas conocemos y vivimos todos! Yo en esos días leía, y me venía como anillo al dedo, que la fe cristiana es “un TODO que se puede expresar en la palabra COMUNIÓN y que nuestro papel es no resistir al tratamiento que Dios nos propone como remedio para nuestros males individuales y colectivos” (Cuaderno 10. Amor de Comunión. G. Rovirosa. Ediciones HOAC pág. 15), unía ese Amor de Comunión con los emigrantes tirados en la calle y me decía: No puede ser de otra manera: El Evangelio está en la calle y en la estación de autobuses.

¡No nos resistamos al Amor de Comunión!
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Antonio Hernández-Carrillo
 "TU" número 183









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