domingo, diciembre 01, 2013

Nuestra opinión en papel

"Pobreza Infantil"
   
      Actualmente muere un niño cada 3 segundos a causa de la pobreza, lo que significa que mueren unos 30.000 niños diariamente. Los niños son las primeras víctimas de la pobreza, siendo esta la principal causa de las violaciones de su Derecho.

    Cuando hablamos de pobreza solemos enfocar nuestra reflexión desde la perspectiva económica: pobre es aquel que tiene unos ingresos insuficientes para mantener sus principales necesidades vitales. La pobreza está invariablemente ligada a la riqueza monetaria.


    Pero más allá de esta perspectiva económica, la pobreza, afecta a otros derechos fundamentales. La dignidad y la autoestima de una persona también se ven afectada si carecen de una vivienda, de un acceso a la atención sanitaria, de una seguridad, de una alimentación, de una educación social, cultural y familiar, de agua potable, etc.


    La pobreza les impide a los niños a sobrevivir y les dificulta en todos los aspectos de su desarrollo ya sean físicos, mentales, emocionales, culturales, sociales, familiares o espirituales. Las decisiones políticas que se están tomando para salir de esta crisis están conduciendo a consolidar un sistema de desigualdades que hace mella en los más débiles, en los niños sobre todo.


    En nuestro país más de 2.200.000 niños están por debajo de umbral de la pobreza y su número ha aumentado en más de un 10% durante la crisis. Los niños son pobres porque sus familias son pobres. La alarma ha saltado en las escuelas. Las familias pobres, ahogadas por facturas sin pagar y sin trabajo a la vista, se ven obligadas a acudir a asociaciones para cubrir la alimentación de sus hijos o luchar por acceder a un puesto en el comedor escolar. Pero las escuelas advierten de que la pobreza infantil no solo se reduce a las carencias alimentarias. Dar dinero para bocadillos no soluciona el problema. El problema es transversal y hay que tener en cuenta las causas que lo motiva: la situación familiar, el paro… Los maestros y maestras alertan de los efectos psicológicos que provocan en los niños la falta de recursos materiales, las deficiencias de la vivienda o la tensión de angustia que viven en casa. Todo esto se nota en las escuelas aparte de que hipoteca el futuro de los niños.

    Para muchas familias esta Navidad estará marcada por esta situación de dolor y sufrimiento provocada por el desempleo y la pobreza que padecen. Los bancos y las grandes empresas siguen acumulando beneficios, pero los trabajadores y con ellos sus hijos, especialmente los más pobres, siguen atenazados por la angustia. En las navidades es difícil tener fuerza moral para hablar de valores cuando millones de familias están hipotecadas de por vida, cuando están en paro, cuando son explotadas o contratadas en inhumanas condiciones de trabajo.


    Los militantes de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), sus amigos y simpatizantes, como cristianos presentes en el mundo obrero, hacemos nuestra la causa de los pobres planteada como lucha por la justicia. “La pobreza manifiesta un dramático problema de justicia… Esta pobreza hace imposible la realización de aquel humanismo pleno que la Iglesia auspicia y propone, a fin de que las personas y los pueblos puedan “ser más” y vivir en condiciones más humanas” (Compendio de la doctrina social de la Iglesia 449).


    No nos engañemos, la pobreza se puede erradicar. La fuerza de esta convicción no nace de una falsa utopía surgida del sentimentalismo de estas fechas. Nace exclusivamente de una profunda fe, de poner como prioridad a la persona, de vivir la austeridad frente al consumismo, la comunión frente al individualismo y la convivencia sana y festiva frente al hedonismo. Es necesario humanizar esta cultura y redescubrir los valores de solidaridad y justicia inscritas en el corazón de cada persona.
Carmelo Donado Campos
Militante de la HOAC - Motril. 

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