Una vez más la historia se repite: 68 trabajadores subsaharianos, obligados a embarcarse en una arriesgada aventura, son apresados a 30 millas de nuestras costas. Entre ellos viajaban 6 niños de entre uno y dos años de edad cuyo destino cierto habría sido la muerte si por cualquier causa hubiesen caído al mar. Una vez más tenemos implorar con Rovirosa que el Señor nos conserve la cólera ante tanta indignidad humana.
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