12 de Junio, Día Mundial contra el trabajo infantil. De los 215 millones de niños en situación de trabajo infantil del mundo, 115 millones están involucrados en trabajos peligrosos, de los cuales 41 millones son niñas y 74 millones son niños. El número de menores de entre 15 y 17 años de edad, en trabajos peligrosos va en aumento.
La más alta concentración de trabajo infantil peligroso se registra en la agricultura (59%), seguida por un 30% en el sector de servicios (trabajo doméstico y trabajo callejero…) y un 11% en la industria (pequeños talleres, la minería, la construcción…).
El trabajo peligroso es una de las peores formas de trabajo infantil cuya eliminación es uno de los objetivos de la comunidad internacional para el 2016. La necesidad de emprender una acción urgente con el fin de alcanzar esta meta fue el tema de la Conferencia Mundial sobre Trabajo Infantil de La Haya de 2010 en la cual se adoptó una hoja de ruta para la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, que fue ratificada en el Plan de Acción Mundial de la OIT.
El trabajo infantil peligroso no se puede abordar de forma aislada. Es parte del problema global del trabajo infantil, que está estrechamente vinculado con la pobreza de las familias y las condiciones de trabajo. La educación es la primera prioridad. 69 millones de niños cuya edad corresponde con la etapa de la educación primaria, de los cuales más de la mitad son niñas, y 71 millones de niños en edad de educación secundaria, no están matriculados en la escuela. Muchos otros que están matriculados no asisten a la escuela de forma regular, a menudo debido a las largas horas de trabajo o a los costos de la escolarización.
Las estrategias de protección social pueden significar un apoyo para las familias pobres, garantizando que reciban asistencia adecuada cuando pasan por baches económicos, como una repentina pérdida de empleo u otros factores derivados de la pérdida del ingreso familiar.
Las estrategias de empleo que garantizan que los padres y los jóvenes por encima de la edad mínima legal de admisión al empleo tengan la posibilidad de un trabajo decente es un factor clave en la lucha contra el trabajo infantil. También es necesario tomar medidas para mejorar los sistemas nacionales de seguridad y salud en el trabajo y los servicios de inspección laboral, garantizando que estas medidas lleguen a las zonas rurales y a la economía sumergida, en las que se concentra la mayor parte del trabajo infantil.
Si bien la responsabilidad primordial en la lucha contra todas las formas de trabajo infantil recae en los gobiernos, la cuestión del trabajo infantil peligroso resulta uno de los ámbitos idóneos para la acción conjunta de gobiernos, empleadores y trabajadores. Los interlocutores sociales también pueden prestar asistencia a los gobiernos para garantizar que los sistemas y programas nacionales de seguridad y salud en el trabajo estén en consonancia con las normas de la OIT. Las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un importante papel en el movimiento mundial contra el trabajo infantil.
Más información: Organización Internacional del Trabajo
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