Andalucía Acoge y la asociación Motril Acoge, han iniciado con este sujerente título una la campaña al objeto exigir el cierre de los Centros de Internamiento de
Extranjeros (CIE) y denunciar "el oscurantismo con que el Gobierno
español está elaborando el Reglamento que regulará el funcionamiento de
estos Centros". Con esta campaña se quieren reclamar los derechos de las
personas detenidas en los Centros de Internamiento de Extranjeros,
personas privadas de libertad que no han cometido otro delito que no
tener la documentación adecuada para permanecer en España.
La campaña, además, está avalada por más de 3.000 firmas, entre las que se encuentran reconocidos juristas, artistas, periodistas y académicos. Motril Acoge la dará conocer en Motril mañana jueves día 16 a las 12 de la mañana en la entrada del puerto comercial deportivo, con la presencia de Mikel Araguas de Andalucía Acoge y de Angel Alonso de Motril Acoge.
La campaña, además, está avalada por más de 3.000 firmas, entre las que se encuentran reconocidos juristas, artistas, periodistas y académicos. Motril Acoge la dará conocer en Motril mañana jueves día 16 a las 12 de la mañana en la entrada del puerto comercial deportivo, con la presencia de Mikel Araguas de Andalucía Acoge y de Angel Alonso de Motril Acoge.
El manifiesto dice:
Las
organizaciones sociales, entidades y ciudadanos abajo firmantes pedimos
el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE),
espacios contrarios a los instrumentos internacionales de derechos
humanos firmados y ratificados por España, y mostramos nuestra
preocupación por el oscurantismo con que el Gobierno español está
elaborando el Reglamento que regulará el funcionamiento de estos
Centros. Margina así a la sociedad civil en el tratamiento de uno de los
puntos más cuestionados y represivos de la política migratoria: la
privación de libertad a personas que no han podido obtener o renovar el
permiso de residencia.
Son meses esperando conocer el borrador de este reglamento que está elaborando el Ministerio de Interior ‐pese a que la última modificación de la LOEX, de 11 de diciembre de 2009 dispuso que se aprobaría en el plazo de 6 meses‐, sin que haya sido posible saber sus líneas básicas ni mucho menos poder intervenir mínimamente para que se garanticen en él la totalidad de los Derechos de las personas que son internadas en los CIE.
Esta
ausencia de diálogo sólo puede presagiar la imposición de una norma
restrictiva y limitadora de derechos que dé continuidad a la actual
inseguridad jurídica propiciada por la imposición unilateral y
arbitraria de las normas de cada centro. Las denuncias documentadas
sobre el funcionamiento de los CIE, formuladas en los últimos años por
el movimiento asociativo que trabaja a pie de calle, así como por
entidades europeas, comisiones del Parlamento Europeo e instituciones
españolas como el Defensor del Pueblo, y equivalentes autonómicos, o la
propia Fiscalía General del Estado, no pueden obviarse en el próximo
Reglamento.
Por
ello, pedimos una interlocución oficial que permita al movimiento
asociativo y al resto de entidades implicadas, una participación real en
el debate en torno al futuro Reglamento. La sociedad civil no puede
ser excluida del proceso de elaboración del Reglamento que regulará el
funcionamiento de estos espacios donde miles de personas permanecen
detenidas por no tener su situación administrativa regularizada. Son
nuestras vecinas y vecinos, parte importante de una sociedad en la que
no cesaremos en nuestro empeño de que sean respetados los Derechos de
las personas, independientemente del lugar donde hayamos nacido.
Es
necesaria, entonces, la implicación de todos los estamentos de nuestra
sociedad para conseguir dicha interlocución. El pronunciamiento de las
entidades sociales, de las que se mueven en el ámbito jurídico, en el
mundo universitario, en el campo de la salud pública, de la enseñanza,
etc. puede favorecer que Interior apruebe un Reglamento que garantice y
desarrolle los derechos básicos de las personas encerradas en los CIE.
Insistimos en que el único derecho limitado por el ordenamiento jurídico
a dichas personas es el de la libertad ambulatoria.
Por
ello, el Reglamento ha de garantizar el cumplimiento de todos los demás
derechos: a la integridad física y psicológica, a la salud, a la
asistencia jurídica y social, a la comunicación sin trabas y respetando
el derecho a la intimidad, al conocimiento y ejercicio de sus derechos, a
unas instalaciones en condiciones. Y en tanto los tiempos conduzcan a
un cierre de estos centros, se ha de acabar con el oscurantismo sobre su
funcionamiento, garantizando el respeto a los derechos fundamentales de
los internos e internas, el acceso de las entidades sociales y
proporcionando información pública y estadísticas precisas sobre las
personas que pasan por los CIES, su situación jurídica, la duración del
encierro y la resolución final del mismo, su expulsión o puesta en
libertad.
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