viernes, diciembre 19, 2014

Nuestra opinión en papel


 "EL TRABAJO CENTRO DE LA VIDA HUMANA"
   


A poco que abramos los ojos y los oídos, vemos y escuchamos situaciones del mundo del trabajo que nos hacen exclamar ¡No es posible…!

…No es posible que las personas tengan que aceptar trabajos por necesidad, mal pagados, sin contrato, sin horario y en condiciones pésimas porque “Si no lo coges tú, hay miles detrás de ti que sí lo harán”.

…No es posible que un padre de familia tenga que salir “a buscarse la vida” e ir tirando con cinco, diez euros día sí y día no. No es posible que trabajando 9, o 10 o 12 horas al día el salario no te llegue ni para pagar los gastos familiares de vivienda, alimentación, vestido…

…No es posible que lo pongan a uno en la calle de la noche a la mañana, sin explicación (mejor dicho, sí hay explicación: no es rentable), después de 20, 25 o treinta años trabajando en una empresa… “¡Es por la crisis!”

…No es posible que antes de ofrecerte un contrato (en condiciones precarias, como casi todos los de ahora) te pregunten sin ruborizarse siquiera si tienes intención de quedarte embarazada, si tienes niños pequeños u otro tipo de carga familiar.

…No es posible que con esta situación de paro, precariedad, de pobreza de tantas personas, de tantas familias, los trabajadores no nos asociemos, nos rebelemos, plantemos cara a un sistema que nos empobrece y nos deshumaniza.


¡¡No es posible!! Pero lo es, y además, nos parece lo normal.

Este sistema social en que vivimos ha transformado el trabajo, que debería ser principio de vida y de humanización, en un obstáculo para el desarrollo y el crecimiento de las personas que es para lo que de verdad tendría que servir.

Y esto no ha pasado porque sí. Todas estas situaciones del mundo del trabajo que vivimos, que vemos, que oímos y que nos estremecen y nos hacen exclamar ¡No es posible! están provocadas por decisiones humanas.

Las grandes empresas deciden poner el aumento de sus beneficios económicos por delante de cualquier cosa, de los trabajadores y trabajadoras también. Por eso deslocalizan sus empresas, se las llevan donde las condiciones de trabajo son más baratas y los trabajadores tienen menos derechos; y en los países donde estaban hacen un ERE y dejan a miles de trabajadores en la calle.

Los políticos deciden promulgar leyes y reformas laborales que benefician a esas empresas, que son las que los financian.  Deciden rescatar bancos con el dinero de todos, pero los bancos no se ahogan; las que se ahogan son las familias que no tienen con qué pagar sus hipotecas, ellas sí que tendrían que ser rescatadas con el esfuerzo de todos.

Y los ciudadanos decidimos no participar, que nos den las cosas hechas, no plantearnos hacia dónde nos dirigen las decisiones que están tomando sin nosotros. Callamos. Nos callan. Somos parte del sistema.

Es necesario tomar conciencia de que esto es así. La HOAC insiste en que ser consciente de la situación de cada uno es el primer paso para cambiarla. Estamos en una nueva situación social y política que pide a gritos dignidad y esperanza de las personas en el mundo del trabajo. Por eso decía hace poco el Papa Francisco ante los movimientos culturales:

“En el centro de todo sistema social o económico tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el dominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores” (Discurso del Papa Francisco en el encuentro mundial de Movimientos Populares. 28-10-2014).

Si las personas fueran lo primero; y el valor y la dignidad de las personas fuera el criterio desde el que tomar nuestras decisiones, ¡qué diferente sería nuestra vida social!.







MªRosa Mercado Alonso
Hoac de Granada. Motril

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