La Palabra.
Con esta reflexión comienza una nueva sección del TÚ y, al llamarse La Palabra, no está mal que comencemos citando la Carta a los Hebreos (4, 12-13) en la que se elogia a La Palabra como viva, eficaz, valiente, punzante y reveladora de verdad.
Acudimos ahora a ella, a algunas de las citas que hace el Papa Francisco en su Mensaje para la II Jornada Mundial de los Pobres. La Palabra a favor de los pobres empapa este documento.
El Papa comienza con un Salmo (34): “Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”. El pobre transforma la palabra por su grito y el Señor no solo le escucha sino que le responde y libera no por un “acto de delegación” sino “con atención amante”.
Francisco afirma: “Bartimeo es un pobre que se encuentra privado de capacidades fundamentales, como son la de ver y trabajar. ¡Cuántas sendas conducen también hoy a formas de precariedad! La falta de medios básicos de subsistencia, la marginación cuando ya no se goza de la plena capacidad laboral, las diversas formas de esclavitud social, a pesar de los progresos realizados por la humanidad… Cuántos pobres están también hoy al borde del camino buscando dar un sentido a su condición. Muchos se preguntan cómo han llegado hasta el fondo de este abismo y cómo poder salir de él. Esperan que alguien se les acerque y les diga: Ánimo. Levántate, que te llama” (Mc 10, 46-52).
Siguiendo con citas de La Palabra, el Mensaje de la Jornada Mundial invita a sentar en nuestras mesas a los hambrientos, a aliviar situaciones inhumanas, a que los pobres nos evangelicen y a que “los verdaderos protagonistas sean el Señor y los pobres”.
“¡Nos queda La Palabra!”
Acudimos ahora a ella, a algunas de las citas que hace el Papa Francisco en su Mensaje para la II Jornada Mundial de los Pobres. La Palabra a favor de los pobres empapa este documento.
El Papa comienza con un Salmo (34): “Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”. El pobre transforma la palabra por su grito y el Señor no solo le escucha sino que le responde y libera no por un “acto de delegación” sino “con atención amante”.
Francisco afirma: “Bartimeo es un pobre que se encuentra privado de capacidades fundamentales, como son la de ver y trabajar. ¡Cuántas sendas conducen también hoy a formas de precariedad! La falta de medios básicos de subsistencia, la marginación cuando ya no se goza de la plena capacidad laboral, las diversas formas de esclavitud social, a pesar de los progresos realizados por la humanidad… Cuántos pobres están también hoy al borde del camino buscando dar un sentido a su condición. Muchos se preguntan cómo han llegado hasta el fondo de este abismo y cómo poder salir de él. Esperan que alguien se les acerque y les diga: Ánimo. Levántate, que te llama” (Mc 10, 46-52).
Siguiendo con citas de La Palabra, el Mensaje de la Jornada Mundial invita a sentar en nuestras mesas a los hambrientos, a aliviar situaciones inhumanas, a que los pobres nos evangelicen y a que “los verdaderos protagonistas sean el Señor y los pobres”.
“¡Nos queda La Palabra!”
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