Evangelio en la Calle
Jesús de Nazaret eleva portentosamente el vaso de agua a la dignidad de sacramento tanto para el que lo da como para el que lo recibe. Y mucho más si recordamos en este momento: “Tuve sed y me disteis de beber” (Mateo 25,35).
Antonio Hernández-Carrillo
1 comentario:
Enhorabuena por el blog y por los contenidos. Nos vais enseñando a Sevilla lo que tenemos que hacer
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