Son estos, tiempos confusos y difusos. Se critica y denuncia la avaricia desmedida –¿la hay con medida?– de los banqueros y adláteres, la especulación financiera globalizada y sin control alguno. La clase trabajadora y pueblo en general sufre los efectos perversos de una crisis que nos han generado y, sin embargo, no se levanta un tsunami de indignación popular que obligue al poder político a poner firme al dinero, al capital, a los bancos y les haga cumplir con su función social.
En todo caso, con crisis o sin crisis, raramente nos preguntamos en qué modo contribuimos a inflar burbujas, en qué se está utilizando ese dinerillo que tenemos
en el banco y por el que pagamos una comisión porque el banco lo usa a su libre albedrío; no nos preguntamos cuántos bienes o servicios superfluos compramos; de cuántos bienes superfluos disponemos. ...
Fuente: Jesús Páez. NOTICIAS OBRERAS nº 1500
Image: Cartel de la campaña "Dale otro valor a tu dinero" de Cáritas Bizkaia.
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