"UNA ECONOMÍA AL SERVICIO DE LA PERSONA"
Con este título y con ocasión de la Cuaresma 2011, los obispos del Pais Vasco y Navarra José Ignacio Munilla (San Sebastián), Mario Iceta (Bilbao), Miguel Asurmendi (Vitoria) y Francisco Pérez (Pamplona y Tudela, han elaborado esta carta pastoral dirigida especialmente a los cristianos de sus diócesis y a todas aquellas persona de buena voluntad, agentes e instituciones sociales y administraciones públicas que puedan hacer posible otra economía verdaderamente al servicio de las personas, especialmente de los más debiles.
En ella señalan que esta crisis tiene profundas "raíces éticas, culturales y antropológicas y nos obliga a cambios profundos de toda índole.
Por ello, el tiempo presente no puede ser baldío. La crisis debe ser una oportunidad para reconocer nuestras carencias técnicas, institucionales y, sobre todo, éticas y culturales, y para avanzar por caminos de humanidad; caminos que sitúen a la persona en su integridad, y a todas las personas por igual, en el
centro de nuestra economía y de nuestra sociedad global."
Por ello "desde el profundo convencimiento de que el mensaje de Jesucristo, del que es portadora la Iglesia, es profundamente liberador y salvador en toda situación" nos invitan a cambiar nuestros corazones y a trabajar desde la solidaridad y nos recuerdan que
Por ello "desde el profundo convencimiento de que el mensaje de Jesucristo, del que es portadora la Iglesia, es profundamente liberador y salvador en toda situación" nos invitan a cambiar nuestros corazones y a trabajar desde la solidaridad y nos recuerdan que
"Cada vez que celebramos la Eucaristía proclamamos que Jesús dio su vida por todos. Por ello, “la Eucaristía impulsa a todo el que cree en Él a hacerse « pan partido » para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno.”. Nace de este modo una relación indisoluble entre Eucaristía y compromiso social: “En la perspectiva de la responsabilidad social de todos los cristianos…. el sacrificio de Cristo es misterio de liberación que nos interpela y provoca continuamente. Dirijo por tanto una llamada a todos los fieles para que sean realmente operadores de paz y de justicia.”Animamos a todas nuestras comunidades a celebrar lo que viven y a vivir lo que celebran: ser pan partido para el mundo, testigos de una nueva civilización del amor, que busque la justicia y la paz, y que tenga por centro a los últimos, los preferidos de Dios".En definitiva este es un documento que nos parece debe ser leído y tenido en cuenta pues orienta certeramente el camino que hemos de recorrer, y que empieza en nosotros mismos, para hacer crecer otra realidad, otra economía ..., verdaderamente humanizadora.
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