"Por un trabajo DECENTE y SALUDABLE para todos y todas"
El 28 de abril se conmemora, desde el año 2003 y por iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Con esta iniciativa se pretende llamar la atención sobre la necesidad de la prevención de los accidentes y las enfermedades profesionales en el lugar de trabajo. Según la OIT cada año mueren en el mundo más de 2 millones de personas a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo. Se calcula que se producen 270 millones de accidentes en el trabajo y unos 160 millones de casos de enfermedades profesionales cada año en el mundo.
Según el Ministerio de Trabajo e Inmigración, en nuestro país durante 2010 se produjeron 553.915 accidentes laborales y 556 personas perdieron la vida por esta causa. En Andalucía durante ese mismo periodo se registraron 88.999 accidentes y de ellos 87 fueron mortales. No obstante fuentes sindicales elevan hasta 107 las personas fallecidas por accidente laboral en nuestra comunidad durante ese mismo periodo, de las que 30 serían “in itínere”. En Granada 10 paisanos nuestros perdieron la vida en el trabajo y otros dos lo hicieron mientras iban o venían del trabajo.
Por otra parte la “crisis económica” que estamos padeciendo está incrementando los factores de riesgo sobre los que pivota la siniestralidad laboral y las enfermedades relacionadas con el trabajo, aunque en términos absolutos el número de accidentes se haya reducido en los últimos años debido fundamentalmente a la caída actividad que la crisis lleva pareja y muy especialmente en sectores como la construcción.
Efectivamente el paro es el principal factor de riegos pues la persona parada en muchos casos cambia seguridad por trabajo y pone menos reparos para integrarse en la economía sumergida donde la observancia de las medidas de prevención es mucho menos rigurosa. Así por ejemplo podemos constatar que del millón de personas que aproximadamente trabajan en nuestro país como empleadas de hogar tan solo el 30 % están debidamente dadas de alta en el Régimen Especial de Empleadas de Hogar de la Seguridad Social. Además se estima en más de un millón el número de trabajadores inmigrantes “sin papeles” que residen entre nosotros en condiciones de vida malas y en un clima creciente de amedrentamiento y acoso, que no deja de precarizar paulatinamente sus condiciones laborales.
En España el paro alcanza ya al 20,33% de los trabajadores y entre los jóvenes este llega hasta el 42%. No es casual por tanto que precisamente sean los menores de 30 años el colectivo más golpeado por los accidentes laborales. El paro atenaza también al 30,4% de los trabajadores inmigrantes que viven en nuestro país, es decir a casi un millón de personas y de estas tan solo 441.000 cobran algún tipo de prestación.
A todo ello hay que unir el factor de riesgo que todos los estudios señalan como determinante a la hora de hablar de siniestralidad labora: la temporalidad que en nuestro país llega hasta el 24,82 %, la segunda más de la UE superada tan solo por Polonia y aproximadamente el doble que la de países como Alemania, Francia o Italia. En efecto los estudios señalan que la siniestralidad laboral es dos veces más alta entre los trabajadores sometidos a contrato temporal que entre quienes tenían contrato indefinido.
Por otra parte la reciente “reforma laboral” en modo alguno está resultando eficaz salvo para hacer más barato el despido y para sentar las bases de un mercado laboral más precario y flexible, alejado, muy alejado de las necesidades vitales de los hombre y de las mujeres del trabajo que han de ser el verdadero fin de cualquier actividad económica.
Por todas esta razones y por que sabemos que la palabra y la denuncia es parte de la solución, desde la HOAC de Granada queremos unirnos e invitar a nuestros amigos a sumarnos a la reivindicación que supone la celebración del DIA MUNDIAL DE LA SALUD LABORAR con el acto solidario que el próximo 1º de Abril tendrá lugar, tanto en la capital como en la costa, para exigir también un TRABAJO DECENTE Y SALUDABLE que “sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación” (Cáritas in Veritate. 63).
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