sábado, diciembre 05, 2015

NAVIDAD: ENAMORADO DE NUESTRA PEQUEÑEZ


 Evangelio en la calle 


Quería hacer un “Evangelio en la calle” con esa idea del Dios enamorado de nuestra pequeñez y busco la homilía del Papa Francisco en la noche de la Navidad del 2014. ¡Qué bien! Resumo y adapto sin añadir nada. Así que mejor sería que firmara él.

“Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lucas 2,12). La “señal” es el amor con el que Jesús asumió nuestra fragilidad, sufrimientos, angustias, anhelos y limitaciones. El mensaje no es otro que la ternura de Dios: Dios nos mira con ojos llenos de afecto, acepta nuestra miseria, Dios enamorado de nuestra pequeñez.

En Navidad contemplamos al Niño Jesús apenas nacido y acostado en un pesebre y nos invita a reflexionar: Lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me busque, quien me encuentre y me acaricie con cariño. Ésta es la pregunta que el Niño nos hace: ¿permito a Dios que me quiera?

Y más aún: ¿tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado? ¡Cuánta necesidad de ternura y cercanía tiene el mundo de hoy!

La respuesta del cristiano no puede ser más que aquella que Dios da a nuestra pequeñez. La vida tiene que ser vivida con bondad, con mansedumbre. Cuando nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que él mismo se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos nada más que abrirle nuestro corazón y suplicarle: “Señor, ayúdame a ser como tú, dame la gracia de la ternura en las circunstancias más duras de la vida

En los días de Navidad contemplemos el misterio: allí “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande” (Isaías 9,1). La vio la gente sencilla, dispuesta a acoger el don de Dios. En cambio, no la vieron los arrogantes, los soberbios, los que establecen las leyes según sus propios criterios personales, los que adoptan actitudes de cerrazón.


Miremos al misterio y recemos, pidiendo a la Virgen Madre: “muéstranos a Jesús”
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Antonio Hernández-Carrillo
"TU" número 166

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