sábado, junio 25, 2016

TRABAJO Y DESCANSO


Nuestra opinión en papel
Rafael Martínez Martínez


Ya huele a verano, se acercan las vacaciones. Se vuelve a escuchar en la calle: “Yo quiero el trabajo de un cura, el sueldo de un ministro, y las vacaciones de un maestro”.

El “dicho” encierra, sin duda, el deseo de algunos derechos intrínsecos de cualquier actividad laboral. Todas las personas necesitamos un trabajo que nos permita vivir dignamente y mantener a nuestra familia. También puede reconocer la importancia del trabajo para la propia realización, para el servicio de los demás. Y por supuesto, la necesidad del descanso y del tiempo de ocio, personal y comunitario.

El Papa Francisco en su discurso al personal del Instituto Nacional Italiano de la Seguridad Social (7-Nov-2015) dice: “Dios llamó al hombre al descanso y Él mismo quiso ser partícipe de este el séptimo día. Por lo tanto el descanso, en el lenguaje de la fe, es al mismo tiempo dimensión humana y divina… La exigencia de «santificar» el descanso—que se repite semanalmente el domingo— se une a la de un tiempo que permita ocuparse de la vida familiar, cultural, social y religiosa”.

Y es que, hacer realidad el derecho al descanso, ha sido uno de los grandes logros de la lucha del movimiento obrero que no podemos ni debemos olvidar. Y menos en estos tiempos, en que puede parecer más un privilegio de algunos que un derecho de todos y todas las trabajadoras.

Responde a diversas necesidades del ser humano. Por supuesto, es una necesidad física, nuestro cuerpo necesita descansar. Pero también responde a necesidades culturales y espirituales, que no se deben relegar, porque nos construiríamos como personas deformadas y mutiladas. Todos necesitamos el ocio para mantener nuestras relaciones familiares y de amistad, para dedicarles el tiempo que necesitan. Lo necesitamos para desarrollar otras actividades que no sean laborales, y también para poder abrirnos al otro, dedicar tiempo a los demás, a la gratuidad y el servicio.

Pero la Doctrina Social de la Iglesia va mucho más allá, ya que ve el descanso con una dimensión comunitaria y “sabática” mucho más profunda: “Seis años sembrarás tu tierra, tu viña y tu olivar, y recogerás su producto; al séptimo la dejarás descansar y en barbecho, para que coman los pobres de tu pueblo, y lo que quede lo comerán los animales del campo.” (Ex 23, 10-11). Esta costumbre responde a una profunda intuición: la acumulación de bienes en manos de algunos se puede convertir en una privación de bienes para otros. Es decir, el descanso laboral también implica un respeto a los ritmos de nuestra casa común, y se basa en la idea de que no se puede consentir la explotación de las personas y recursos; que el primer criterio de cualquier actividad humana nunca puede ser el beneficio económico, sino la búsqueda del bien común y del bien personal.

En estos tiempos que corren es obligado volver a las palabras del Papa Francisco en el discurso citado anteriormente: “El descanso es el derecho que todos tenemos cuando tenemos trabajo; pero si la situación de desempleo, injusticia social, trabajo en negro y precariedad en el trabajo es tan fuerte, ¿cómo puedo descansar? ¿Qué decimos? Podemos decir — ¡es vergonzoso!—: «Ah, ¿tú quieres trabajar?» —«Sí». —«Estupendo. Lleguemos a un acuerdo: tú comienzas a trabajar en septiembre, pero hasta julio, y después julio, agosto y parte de septiembre, no comes, no descansas…». ¡Esto sucede hoy! Pasa hoy en todo el mundo y aquí; ¡pasa hoy en Roma también! Descanso porque hay trabajo. De lo contrario, no se puede descansar”.

¡Ojalá encontráramos estas ideas e intuiciones en los programas de los partidos políticos que tenemos que votar en las elecciones! Otro gallo nos cantaría si los derechos se entendieran de esta manera, y se defendieran por parte de nuestros representantes políticos con la misma vehemencia que otras expresiones mucho más vacías de sentido y de significado para la ciudadanía que tenemos que ejercer el voto.


Rafael Martínez Martínez
Militante Hoac de Granda
Publicado en el Ideal de Granada 22/6/16


No hay comentarios: