jueves, diciembre 28, 2017

NAVIDAD: EL OMNIPOTENTE SE HACE HUMANO

Nuestra opinión en papel



   En estas fechas conmemoramos el nacimiento de Jesús de Nazaret, fecha grande y sencilla para los cristianos. Dios omnipotente se encarna en un niño, se hace débil, pequeño, frágil; necesitado de ternura y amor, de calor y acogimiento, de cuidado y alimento de la madre, de nuestra misma naturaleza humana para… divinizarnos. Esto nos desconcierta y nos sorprende, nos desborda y nos asombra, desde el primer momento de su nacimiento: Lo acostó en el pesebre porque no había sitio para ellos en la posada (Lc 2, 1-14) 

Nació en el seno de una familia trabajadora pobre, en un pueblo marginado: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Replicó Natanael a Felipe (Jn 1, 46). Pablo a la comunidad de Filipos les escribe: Jesús siendo de condición divina, no se aferró a su categoría de Dios, al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, haciéndose uno de tantos (Flp 2,6-7)


La Navidad es celebrar este gran acontecimiento de abajamiento, de gozo, de alegría, de seguridad del Dios de la vida y la fraternidad; es recordarnos el gran legado universal de amor incondicional y sin límites que nos propone Jesús y que nos hace a todos humanos.


Navidad no es el consumo desenfrenado del que se encargan las campañas publicitarias de las grandes empresas y nos lo transmiten desde los distintos medios de comunicación a partir de fechas cada vez más tempranas. No toda la ciudadanía va a poder consumir por igual. De ahí los siguientes hechos y testimonios: María, con 800 € no puede tirar campanas al vuelo; otra vecina con 367 € de pensión no contributiva no puede hacer grandes compras; otros vecinos han tenido que dejar la vivienda y volver a vivir con sus padres, pues con 426 € no pueden permitirse pagar la hipoteca y el resto de necesidades básicas. Y no digamos nada de las 17 familias que pierden diariamente su vivienda (INE), ni del 30% de los niños que están en riesgo de pobreza y exclusión social, ni de las personas que huyen del hambre, de la miseria o las guerras. Según Intermón Oxfam, los señores del Ibex 35, cobran 207 veces más que el empleado que menos cobra de su propia empresa. 


Todos estas situaciones son despreciables, porque destruyen al ser humano y el ser humano está hecho para la acogida, la solidaridad y la fraternidad como demuestran estos hechos y testimonios de signo distinto: El joven que se va a los campamentos saharauis para acompañar a aquella gente; el vecino que lucha con “Stop Desahucios” en contra de que las familias sean desalojadas de sus casas; aquel otro que deja su vivienda para que sea habitada por una familia sin recursos; los voluntarios que acuden a acoger a los inmigrantes que llegan en pateras…


Seamos sinceros y dejemos al hombre viejo del consumismo y convirtámonos al hombre nuevo de la acogida y fraternidad (Ef 4, 22-24) combatiendo todo lo que destruye al ser humano y construyendo el Reino de paz contra la violencia, de justicia para el pobre, de liberación para el oprimido, de defensa de los derechos de los débiles (Lc 6, 32-35). Si hacemos esto, estaremos celebrando siempre la Navidad.


La felicitación de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) para esta Navidad recoge una frase de nuestro primer militante Guillermo Rovirosa, refiriéndose lógicamente al nacimiento de Jesús, en la que dice: En un lugar escondido, donde nadie podía pensar, sin bombo ni platillos, ante la indiferencia universal…y aparece la foto de un niño sucio y abandonado en una caja de cartón.



Virginia Pinilla Moreno
Militante de la Hoac de Granada
Publicado en Ideal de Granada ( 27/12/17)


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