De nuevo, con apenas una semana desde que los medios daban la noticias del fallecimiento en accidente laboral de un obrero en Durcal y otro en Purullena, en el día de ayer vuelve a caer en el tajo, en el campo de hornor del trabajo diario, un obrero en nuestra provincia, al volcarsele encima el camión cargado de arena que conducía en una obra en los Ogijares.
De nuevo una muerte que nunca debió producirse, que podía haberse evitado si se hubiesen observado las preceptivas medidas de seguridad, pues como bien dicen los sindicatos, "es un nuevo caso de ausencia flagrante de medidas de seguridad".
¿Es que la vida de una persona es menos importante que la rentabilidad que produce?
Tenemos que decir una vez más que ¡Clama al cielo este goteo que no cesa!, que ¡clama al cielo! el dolor injusto que esta nueva pérdida produce en la familia y allegados del trabajador fallecido, y que desde aquí con nuestra solidaridad queremos acompañarles y en lo posible aliviar su dolor.
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